Pues eso, café y buenos días

Quiero daros la bienvenida a esta oportunidad que se abre en el universo digital para dar mi visión del día a día que me ha tocado vivir. No creo que sea más especial que nadie para ello, pero entiendo que me hará bien poder hacer una retrospectiva de mi actual momento. Se trata de parar unos minutos y hacer balance. 

Empiezo: Café y buenos días. Como la mayoría de ustedes, también tengo mis promesas de nuevo año, mis objetivos. Uno de ellos es levantarme cada día con la idea clara de que el Sol sale para darme una nueva oportunidad. Nada vale lo de ayer, ni lo bueno ni lo malo, todo empieza de nuevo. 

Nos levantamos cada día con una mochila gigante de preocupaciones pero es sabio saber dirimir que peso merece la pena trasportar. Eso se averigua rápido, solo hay que pensar que todo seguirá igual cuando no estemos aquí. No se puede ser siempre Superman y tampoco siempre ser el que tira la toalla. 

Si yo falto no me echará de menos lo que no es importante. Y al final, solo te puede echar de menos un ser vivo. Es por ello que la relaciones entre vivos es lo único que merece la pena. Solo ellos, los que respiran, se acordarán de tí y te harán ser más inmortal.

Habrá quien diga que no lo quiere ser, inmortal, y es cierto que de nada sirve, pero si algo queda en el recuerdo de alguien es que no lo habremos hecho tan mal, o sí, todos recordamos a grandes diablos de la historia. Sea como fuera, mi objetivo es saber que no todo depende de mí, que tengo derecho al error y que la vida no la arregla una sola persona. Saber decir no, no puedo, y decidir dónde sí quiero quemar mis condiciones. 

No quiero año nuevo, sino un día tras otro que sea nuevo. Si ayer me equivoqué o perdí, hoy podré acertar y ganar. Aprender a que no siempre se cumplen las expectativas de todos y que la decepción existe. Que no se puede contentar a todo el mundo eternamente y que lo único que no quiero es engañarme a mi mismo. Ser sincero conmigo para serlo con los demás. 

Gracias por darme una oportunidad. Si les agrada lo leído, me alegra, sino, tendré días mejores. Y ya saben. Levántense cada día, respiren, tomen café - o lo que les despierte los sentidos- y digan un amplio y alto, "buenos días". A partir de ahí, permítete vivir, con todo lo que ello conlleva...

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